Erase una vez un león, se encontraba muy tranquilo en la selva, cuando
un mosquito muy grande decidió hacerle la vida imposible.
"¡No creas que por ser
más grande que yo te tengo miedo!", dijo el mosquito desafiando al
león, conocido como el rey de la selva.
Luego de esas palabras, el mosquito ni corto ni perezoso, empezó a
zumbar le la cabeza al león volando de un lado a otro, mientras que el león
buscaba el mosquito como loco.
El león rugía de la rabia ante el atrevimiento del mosquito y a pesar de
sus intentos por matarlo, el mosquito lo picaba en diferentes partes del
cuerpo, hasta que el león demasiado cansado se derrumbó en el suelo.
El mosquito sintiéndose victorioso, retomó el camino por donde vino. En
poco tiempo el mosquito se tropezó con una tela de araña y vencido se vio
también.
Moraleja: No existen nunca
peligros pequeños, ni tropiezos insignificantes.
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