Ir al contenido principal

el Pájaro y el Niño

A un niño de un pueblo le regalaron un pequeño pájaro. Al recibirlo, el niño le ató una pata a un hilo, y lo mantenía agarrado. Luego lo lanzó para que volara, pero el animal se quedaba quieto. El niño le dijo:

- Animal torpe, te doy permiso y espacio para que extiendas tus alas y vueles, pero tu te quedas totalmente quieto. No sabes gozar de tu libertad.

El pájaro, molesto, le contesto:

- No soy torpe, solo soy astuto. Esa libertad que me das es solo apariencia, y ese bien pronto se tornará en un mal. Apenas intente volar, tu me jalarás por el hilo atado a mi pata.

Moraleja: No hay peor esclavitud que una en la que se crea que se es libre, cuando no lo es.


Comentarios

Entradas populares de este blog

El Pájaro Azul y el Coyote

Hace ya mucho tiempo, el hermoso Pájaro azul tenía las plumas descoloridas y muy feas. Pájaro Azul vivía cerca de un lago cuyas aguas tenían un bellísimo color azul. Cada día Pájaro Azul se bañaba en el lago cuatro veces y cantaba feliz: §   Hay un agua azul. §   Se encuentra aquí. §   Yo entré al agua, §   Y me puse todo azul. El cuarto día que Pájaro Azul se bañó en el lago, todas sus plumas se le cayeron y salió del agua completamente desplumado. Pero el quinto día, al salir del agua vio que sus plumas volvieron a crecer y eran azules. Durante todos estos días, el dios Coyote había estado observando a Pájaro Azul para cazarlo, pues estaba famélico, pero le daba miedo entrar al agua azul. Al quinto día, Coyote le preguntó al ave: -¿Podría usted decirme cómo fue que sus feas y descoloridas plumas se le convirtieron en esas plumas azules y hermosas? Es usted la más bella ave que vuela por los cielos. ¡Yo también quiero ser azul! Pájaro Azul le respondió qu...

HISTORIETAS CORTAS

Zamná y el henequén

Hace muchos siglos Zamná, el héroe deificado por sus acciones benéficas para los itzáes, llegó a los territorios de la ahora ciudad de Izamal, situada a sesenta kilómetros de Chichén Itzá. En la región no había nada de agua, ni ríos ni montañas. De pronto, surgieron unas oscuras nubes en el cielo y empezó a caer una pertinaz lluvia. Todos los itzáes se pusieron muy contentos. Zamná, al ver tanta agua, decidió ir a buscar adónde podría guardar un poco para los momentos de escasez. En esas estaba cuando se acercó a una planta cuya espina se le clavó en  el muslo; la sangre brotó inmediatamente. Sus compañeros, al ver que el dios-hombre estaba herido se pusieron a cortar las hojas de la planta y a azotarlas contra unas grandes piedras planas y lisas que se encontraban cerca, para castigarla por el daño ocasionado al dios. Al ver lo que hacían sus súbditos, Zamná se dio cuenta que de las hojas se desprendían unas fibras largas y muy fuertes, y pensó que serían de mucha ...